En solidaridad con los seres que sufren escasez, enfermedad o privación o limitación alguna, no haré alarde de ninguna riqueza material o de la índole que sea, de pertenencia alguna, usaré lo justo para vivir con dignidad y ayudaré a los demás de acuerdo a mis posibilidades, no solo materiales, sino también intelectuales y a mis habilidades.
No viviré de espaldas al sufrimiento de nadie, sumido yo en la diversión, el placer y la satisfacción egoísta constante de todos mis caprichos y deseos, mientras mis hermanos se hunden en la desesperación.
Y aunque sé que cada uno llega a una situación indeseable por sus propias causas y errores, debo de saber, que si alguien supiera de antemano, a ciencia cierta, que su conducta equivocada le llevara a la esquilmación de sus riquezas materiales y vitales, nadie tomaría ese camino.
Por esto, comprendo y no justifico el dolor y no rechazo ninguna posibilidad que se presente para eliminar el sufrimiento contraído por causa de la ignorancia.
Por ello, no viviré de espaldas al dolor ajeno, sea cuál sea su causa, no haré alarde de mi poder, de mi sabiduría, de mis capacidades, no abusaré de los placeres y satisfacciones, en señal de solidaridad, esto haré y no acomplejaré a ningún ser, no provocaré euforia, celos, envidia o inquietud alguna, de la misma manera que no deseo ni permito este tipo de emociones en mí.
Delante del rico seré como rico y delante del pobre, humilde y comedido, amable y generoso.
No abusaré de los sabores intensos, seré comedido, no abusaré de las sensaciones intensas, seré comedido y de esa manera, mi cuerpo, mi espíritu y mi mente serán libres por mucho más tiempo, o tal vez jamás se esclavicen.
Con esta norma de conducta, el monje se libra del deseo de poseer algo que en realidad no necesita.
Cuando te haces dependiente o esclavo de algo, te conviertes a la vez en un ser posesivo, autoritario, tirano de aquello de lo que dependes, tienes miedo a perderlo y por eso lo esclavizas y reprimes de alguna manera.
Si deseamos ser libres, no debemos ser dependientes de nada, y a la vez, respetar la libertad o el libre albedrío de todo lo que te rodea, inclusive de lo que deseamos poseer o ya hemos poseído, de lo que sometemos o hemos sometido, de lo que dominamos, poseemos o esclavizamos de múltiples maneras, ya sean seres, animales, personas o cosas.
Si esclavizas, dominas o sometes, o si dañas o perjudicas de la manera en que sea serás esclavizado, sometido y perjudicado de la misma manera.
Por ello, no hagas a los demás aquello que no deseas para ti y trata a los demás y a todo lo que te rodea como deseas ser tratado.
1/05/2007
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