Tenemos que aprender a respetar las leyes de la naturaleza, como lo hacen los animales. Los animales se aparean en determinadas épocas en que la naturaleza marca el celo de la hembra. Es la hembra la que permite que el macho copule porque la naturaleza le indica que es el momento.Una vez fecundada, la hembra rechaza al macho y no le permite ser tomada sexualmente hasta que los cachorros son destetados y ya son algo crecidos y tienen capacidad para andar por sí solos.
Hay otra cuestión a tener en cuenta, sólo los individuos adultos, que han demostrado ser más fuertes y que han demostrado su capacidad para sobrevivir en la naturaleza, son los que logran que la hembra acceda a ser fecundada, no los individuos adolescentes, ni lo enfermos y débiles. Una lección más que debemos de aprender de la naturaleza. Los animales, además, no se drogan, ni tomar alcohol, ni hacen orgías, ni se dañan a sí mismos ni matan o dañan a otros seres por puro placer o perversión. Compiten entre ellos para sobrevivir y matan para comer, si es preciso, pero no lo hacen por odio, ni placer, ni deseo perverso alguno.
Hay algo más que todavía debemos saber. Hace miles de millones de años, el ser humano y el reino animal vivían en armonía, no había animales carnívoros y el hombre tampoco mataba animales para comer.
Los hombres y los animales eran herbívoros. Solamente después, a medida que el ser humano empezó a generar adición a ciertos placeres de su cuerpo, empezó a sentir el deseo de matar y comer carne y este deseo se trasmitió al reino animal y, surgieron entonces, las bestias y las fieras más temibles, pero al principio nada de esto existía y los hombres y los animales vivían en perfecta armonía y simbiosis, en medio de una naturaleza infinitamente abundante, frondosa, benévola; no era necesario esfuerzo alguno para vivir, no existía el hambre, ni la enfermedad y los seres vivían largo tiempo sin problema alguno.
Era el edén, el paraíso terrenal del que hablan muchas escrituras sagradas.
Por aquel entonces,el hombre era visitado por seres muy evolucionados que le ayudaron a crear civilizaciones de gran esplendor. Estos seres fueron los dioses que hoy consideramos seres mitológicos o legendarios, pero en realidad, estos seres fueron seres reales.
Con el tiempo, cuando el ser humano empezó a degenerarse, fuimos abandonados a nuestro propio destino.
Estas cosas que aquí decimos, un tanto increíbles, forman parte de la escatología, la antropología y la cosmología de todas las culturas de nuestros antepasados, de todas las partes del planeta, y todas coinciden en lo mismo. Por ello, es difícil pensar, o cuesta creer, que todo ese registro coincidente de nuestro pasado, en pinturas y escrituras sagradas, esculturas, etcétera, hayan sido simple capricho u ocurrencia de algún narrador o algún artista excéntrico, es difícil de creer esto, aún y cuando los científicos e historiadores prefieren creer y hacernos creer que es así.
¡La historia que nos obligan a estudiar en los colegios es totalmente falsa, mucho más inverosímil que la propia verdad que intentan ignorar!
En un futuro capítulo hablaremos sobre algo que puede ser muy interesante, al menos para mí, ciertamente lo es. Hablaremos de las extintas razas que poblaron nuestro planeta y también hablaremos de los extraterrestres.
Os dejo este vídeo super interesante.
https://www.youtube.com/watch?v=-ktnklisTTMBueno, ¡Dejemos estas cuestiones para otro momento! Ahora, ¡tomemos un descanso hasta el siguiente capítulo, si deseáis continuar!. ¡Hasta pronto amable lector!
Seoan Judit Nath
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