El ser humano no percibe casi nada de lo que le rodea e inunda, no se percibe ni siquiera sí mismo. Se ha convertido en un ciego, limitado a sólo cinco sentidos de percepción y con ellos pretende comprender el universo. Ni siquiera los instrumentos que hemos creado para superar esas limitaciones de nuestros sentidos pueden mostrarnos la auténtica realidad en la que vivimos dentro del Tao. Para ello, es necesario la vivencia dentro nosotros mismos, no hacen falta telescopios gigantescos ni microscopios potentes para observar el universo macro cósmico y el universo micro cósmico y mucho menos para comprender su origen, aún y cuando nos ayudan a comprender la grandeza inalcanzable del universo visible que pretendemos comprender. El universo está dentro de cada uno de nosotros, así como el origen, el principio y el fin.
Necesitamos experimentar a través del cese de toda sensación, lo que es este origen.
"El origen de todo es el amor y el fin de todo es también el amor". "YO SOY EL ALFA Y EL OMEGA, EL PRINCIPIO Y EL FÍN"
¿Quién si no, podría haber dicho estas palabras sino aquél que encarnó el amor del Tao? ¿Quién sino fue capaz de hacerlo sino alguien que fué capaz de trascender las sensaciones y los deseos y los miedos generados por el cuerpo y el ego?
Quien pronunció estas Palabras encarnó al amor del cosmos y fue capaz de sanar y dar vida a todo aquello que el ser humano se creyó capaz de destruir, incluyéndole a él mismo. Dijo el Cristo, el gran kabir, el gran maestro: ¡Destruid este templo(el templo que cada uno ha destruido dentro de sí mismo), y yo lo reconstruiré en tres días! ¡Yo soy el camino, la verdad y la vida!
¿Qué significan estas palabras? Significan que nadie puede liberarse por sí mismo del ego y de las ataduras del cuerpo y de la mente y reconstruir y recuperar su edén, su paraíso, su felicidad, su salud, ni su propia y definitiva libertad y volver a su verdadero hogar sin ayuda del amor del Cosmos y de la fuerza sexual del Tao.
Ninguno de nosotros puede por sí solo liberarse y destruir el ego, que impide que dentro de nosotros, en nuestro templo y en nuestra mente sólo fluya el amor.
Necesitamos la fuerza Crística encarnada del amor y que penetre dentro de nuestra constitución mente - materia, necesitamos esa fuerza encarnada en forma de fuego y deseo y llevarla hasta nuestro corazón.
Esta fuerza es la fuerza sexual, el fuego del Pentecostés, el fuego del espíritu, el fuego del mismo deseo elevado hasta el corazón y transformado en amor, en un manso cordero de luz y calor.
La liberación no es una cuestión de simple creencia, sino de respetar las leyes que nos gobiernan y de trabajar arduamente para que la energía y el fuego de la vida lleguen hasta la mente y hasta el corazón e inunden cada célula y cada átomo de nuestro cuerpo.
Este fuego, esa serpiente, su naturaleza es el movimiento, el sonido, la vibración, la electricidad, el magnetismo, el canto, la danza, la música, el amor y el mismo deseo.
Si queremos elevar esta energía, si queremos que se mueva y despierte y suba al corazón, debemos invocarla con plegarias, cánticos, oraciones, devoción, mantras, música, y a través de una técnica adecuada de meditación fundamentalmente y como no también, a través del mismo sexo correctamente utilizado.
[caption id="attachment_422" align="aligncenter" width="218"] El Tantra sexual, el amor sublime que despierta[/caption]
En el budismo tibetano existen dos meditaciones, la meditación y las plegarias de Tara, el aspecto femenino, y la meditación del noble Tchenresig, el Cristo tibetano.
[caption id="attachment_920" align="alignnone" width="225"] Madre Tara, aspecto femenino en Tibet[/caption]
[caption id="attachment_916" align="alignnone" width="300"] Kwan yin, madre de la misericordia, en china[/caption]
[caption id="attachment_921" align="alignnone" width="246"] Aspecto femenino, símbolo de la inocencia[/caption]
[caption id="attachment_917" align="alignnone" width="1024"] Tchenresi, el Cristo Tibetano[/caption]
Estas dos meditaciones, permiten dirigir el fuego del kundalini hacia el corazón, en forma de compasión y amor
Esta fuerza sólo puede despertarse y ascender al corazón si cumplimos ciertas reglas de moralidad o "Shila". Sin esas reglas, la fuerza latente del fuego de la vida jamás podrá liberarnos y llenar nuestra mente y nuestro corazón de luz, calor, amor y paz y dicha, que es lo que realmente todos nosotros necesitamos para sentirnos verdaderamente dichosos, felices y en paz.
Esta fuerza está simbolizada por la serpiente que sanaba a los israelitas, durante su exilio, en el desierto del sufrimiento.
[caption id="attachment_918" align="aligncenter" width="168"] Kundalini, la serpiente sanadora del desierto[/caption]
[caption id="attachment_919" align="alignnone" width="225"] Kundalini, la serpiente interior[/caption]
En realidad, todas las naciones del mundo son un pueblo exiliado, no hay ningún pueblo elegido, todos somos elegidos, todos estamos exiliados y necesitamos ser sanados.
Necesitamos adorar a nuestra serpiente interior, necesitamos hacernos devotos y convertirnos en adeptos de la gran serpiente.
Si alguien desea sanar su cuerpo y su mente de todo daño pasado, presente o futuro y liberarse del sufrimiento pasado, presente y futuro, tiene que aprender a manejar su energía sexual y respetar ciertos preceptos o normas de comportamiento.
De la misma manera que necesitamos una madre para nacer físicamente en este mundo, necesitamos una madre par nacer o renacer espiritualmente. Esta madre es nuestra Divina Madre Devi Kundalini.
[caption id="attachment_924" align="alignnone" width="458"] Madre Devi Kundalini, en India[/caption]
La energía sexual puede manejarse con la práctica adecuada de alguna técnica de meditación y, respetando el Shila, la moralidad.
Ningún fornicario, ladrón, mentiroso o cualquier persona que tome intoxicantes, drogas, cualquier persona que no respete el Shila y no cultive o desarrolle valores elevados, como el respeto a todo lo que tiene vida, la humildad, la generosidad, la compasión y el amor, la misericordia no podrá apelar a esa fuerza o fuego para ser sanado, como lo hacían los israelitas en el desierto del sufrimiento. Ningún mal karma puede ser disipado si no se respeta el Shila y si no se compensa dicho karma realizando buenas obras en bien de nuestros semejantes. Nadie puede liberarse del sufrimiento del samsara si no apela a esta fuerza y la dirige hacia su corazón.
[caption id="attachment_424" align="aligncenter" width="275"] El iluminado, el victorioso y su serpiente ascendida[/caption]
Hablaremos primero de los preceptos.(Siguiente artículo en espera de publicación) "Los preceptos del Shila"
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