El Pacto Postmortem durante el bardo.
A pesar de todas la razones por las que una persona tenga problemas de índole psicológico o tenga muchos problemas en la vida, debemos de entender que todo se debe a nuestro propio karma, al fruto de nuestras acciones motivadas por nuestra falta de Shila en el pasado, que nada es fruto de la mala suerte, del infortunio, o de la casualidad. Todo lo que nos sucede, sea bueno o malo, ha tenido una causa, es el fruto de algo que nosotros mismos hemos generado, no es injusto ni injustificado.También debemos comprender, que aunque no estemos conformes con lo que nos sucede, es totalmente justo y que no es un castigo impuesto por nadie, sino un medio de aprendizaje que nosotros mismos hemos aceptado después de morir y antes de nacer.
Cuando una persona muere, y antes de reincorporarse a una nueva matriz, los seres encargados de guiar a ese persona fallecida, le enseñan todo lo que hizo y todo lo que debe corregir y aprender en su nueva vida. Esta retrospección se le muestra a la persona difunta en forma de película, pero se le despoja del ego para que pueda él mismo aceptar con su propia conciencia los errores que ha cometido y, entonces, se le informa de todo lo que ha de vivir y de todo por lo que ha de pasar y la conciencia acepta sin reparo alguno las condiciones.
Esto significa, que sea lo que sea lo que estemos pasando o viviendo, nosotros lo hemos generado y lo hemos pactado, lo hemos considerado justo y, si existe alguna posibilidad de cambiar las condiciones pactadas, es algo que sólo será posible, si en las cláusulas del pacto se incluyó esta posibilidad, o si hubo atenuantes, o si hubo además de malas acciones y errores, hubo también buenas acciones que puedan canjear o modificar la forma en que quereremos pagar o enmendar nuestro errores. No existe el castigo realmente como tal, sino un modo de aprendizaje basado en la ley de compensación del karma y en padecer aquello que han padecido otros por causa de nuestra ignorancia y nuestro egoísmo.
El karma puede negociarse, a veces, si la persona se compromete a trabajar haciendo buenas acciones, ayudando a otros, y si se compromete a modificar su comportamiento, purificando su mente, y si se compromete a no reincidir.
Sin embargo, hay casos en los que el karma no se puede cambiar y tenemos que vivir con paciencia y la mayor humildad posible lo que nos ha tocado vivir.
Sin embargo, aún y así, el karma nunca puede durar más allá de lo que hemos pactado, es decir, ningún karma puede durar eternamente y tarde o temprano, sino es en esta vida al menos sí en las siguientes, el karma será diferente, no existe una condenación o castigo eterno para nadie. Es necesario dejar bien claro esto.
En el caso de enfermedades de tipo psicológico, o de algunas enfermedades físicas, bajo determinadas métodos, aún y cuando la persona no pueda practicar la meditación, existen medios para purificar ciertos tipos de karmas y mejorar el estado de salud de muchas personas afligidas por algún tipo de enfermedad.
Si esa persona tiene algún mérito de alguna obra buena acumulada en el pasado, puede ser suficiente para que esa persona tenga una oportunidad y, siguiendo las directrices de un maestro cualificado, podría ser ayudado.
Recordemos, que nadie es o ha sido siempre malo, ni es ni ha sido siempre bueno.
No todas las semillas que hemos sembrado en nuestro pasado son semillas malas, es muy probable que haya alguna que otra buena y esa semilla tendrá que dar sus frutos, lo mismo que han dado fruto o están dando fruto las malas, en nuestro actual presente.
Y de la misma manera, no todas las semillas que hemos sembrado en el pasado son semillas buenas y por ello, nunca estaremos totalmente libres de pasar por algún tipo de experiencia o experiencias no deseables.
Esto también debemos de tenerlo en cuenta, especialmente aquellos que sienten que nada malo puede sucederles en la vida y se sienten dichosos y agradecidos a su Dios o al destino por su contínua y buena fortuna y se permiten el lujo de olvidarse de ayudar a otros.
¡Un tremendo y grave error!
La oportunidad de hacer buenas obras, de plantar buenas semillas no es tan frecuente como pudiéramos pensar, pero cada vez que dejamos pasar una de esas grandes oportunidades, esto también es una falta muy grave, que puede ser tenida en cuenta de manera negativa en nuestro haber Kármico.
Puede llegar a ser verdaderamente mucho más inmoral dejar de hacer una buena obra si se nos presenta una real y buena oportunidad, que causar un daño.
Este tipo de falta de acción, también es considerado como una falta grave ante la ley del karma. Nuestra falta de sensibilidad no nos exime de culpa.
A día de hoy, no faltan pequeñas oportunidades para cualquiera de nosotros, para prestar ayuda, todos los días seguro que se nos presentan algunas y no nos damos cuenta, pero también, ¡quizás no tan amenudo!, se nos presentan grandes oportunidades y también no somos capaces de verlas ni aprovecharlas y la razón es nuestra falta de sensibilidad, nuestra falta de humanidad, más allá de cualquier concepto moral que nos hallan inculcado, de que hacer el bien sea bueno o beneficioso.
No debemos de hacer buenas obras solamente porque nos hayan dicho que es bueno y beneficioso, ni porque nos hayan dicho que si no lo hacemos sería perjudicial y negativo para nosotros.
No debemos convertir el Drharma de la acción recta en una especie de negocio, obrando sólo por interés o por temor a represalias fiscales. Es cuestión de obrar por corazón, por sensibilidad humana y esto es lo que nos falta a la gran mayoría de todos nosotros. Por falta de esta sensibilidad humana es por lo que no vemos las grandes oportunidades de hacer el bien y sentirnos verdaderamente dichosos haciéndolo.
Bueno, más adelante trataré de publicar un nuevo artículo en el que trataremos de ciertas prácticas muy poderosas, que pueden ayudar a muchas personas a apaciguar cierto tipo de obsesiones y compulsiones mentales y emocionales, originadas por la acumulación de muchas impurezas en la mente durante el pasado y que inducen a la violación del shila, a la falta de moralidad y que incapacitan a dichas personas a llevar una vida normal.
Cuando una persona ha generado mucha inmoralidad, hasta tal punto que no puede contenerse de hacer cosas que no desea hacer, que le hacen daño a sí mismo o hacen daño a otros y no es capaz de evitarlo, se sufre mucho.
A este tipo de personas se les puede ayudar, pero sólo a aquellas que se dan cuenta de que tienen un grave problema, una obsesión, una compulsión, una adicción o algún estado emocional obsesivo de odio, miedo, desesperación, aversión, deseo, lujuria y no saben como salir de ello, aún y deseándolo.
Con voluntad y esfuerzo y lucha, es posible salir o atenuar en gran manera estos estados mentales y emocionales obsesivos, si la persona realmente está dispuesta a seguir las recomendaciones que se le hagan.
Todo error, defecto, impureza o imperfección o inmoralidad que descubramos, comprendamos y eliminemos de nuestra mente en esta vida, es un trago amargo menos que tendremos que saborear en el futuro, un ancla menos, que hará que nuestra mente pueda ser más libre de expresarse y manifestarse, sin experimentar sufrimiento alguno.
Por eso, aún y cuando descubras la inmoralidad que habita dentro de tu mente y sientas verguenza, considérate afortunado, pero nunca acomplejado.
"El sufrimiento nos ayuda a tomar consciencia de nuestras acciones pasadas para no volver a cometerlas""Antes que surja el despertar de la conciencia, suele haber una gran crisis, una etapa de depresión. Es necesario experimentar la oscuridad para tomar conciencia de la verdad".
Seoan Judith Nath(Manuel Vázquez)
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