La depresión
Cuando uno es privado de aquello que le gusta, desea o necesita, sufrimos una profunda desilusión y fustración, que originan tristeza, ira, celos, envidia, inconformismo, ansiedad, obsesión por aquello que uno desea y que ahora ha perdido. La fustración del deseo, de los placeres y de la ambición puede originar esto, fustración y obsesión por aquello que nos es privado.Esta obsesión es, en sí misma, el síntoma de que estamos excesivamente aferrados por algo o alguien, tenemos un deseo muy fuerte, un hábito o dependencia, un hábito o dependencia mental, emocional o corporal hacia algo o hacia alguien que nos originaba satisfacción, placer, o que nos brindaba seguridad, nos hacía sentir aceptación con nuestra imagen física o corporal, o con nuestra manera de ser,por ejemplo, complacencia,refugio,protección, cierta tranquilidad...algo nos brindaba felicidad o placer de alguna manera.
La depresión debe servirnos, por tanto, para descubrir que tenemos una dependencia, obsesión, apego o aferramiento hacia algo en lo cuál hemos fundado nuestra felicidad, desde hace mucho tiempo, tal vez vidas, bien sea por placer, deseo o necesidad física, emocional, mental, hacia algo o alguien, hacia alguna sensacion, hacia algún hábito.
La depresión es un mensaje de que hay algo de lo que tenemos que liberarnos para poder evolucionar, liberarnos de algo que llevamos haciendo desde hace mucho tiempo y que ya no puede aportarnos nada nuevo o algo positivo.
El principal inconveniente para aceptar que debemos de liberarnos de algo, es el miedo a ser idependientes y prescindir de eso hacia lo que hemos desarrollado apego, dependencia, es el miedo a buscar otra manera de sentirnos satisfechos,plenos,llenos, es el miedo al vacio existencial. Es probable que hallamos estado buscando la satisfacción de vivir de manera equivocada y que necesitemos cambiar el fundamento o razón de vivir y prepararnos, volver a empezar, retomar el camino de la vida.
Muchos de nosotros hemos desarrollado apego muy fuerte hacia el sexo, otros hacia la comida, otros al hábito de dormir, otros hacia nuestra imagen física, otros al trabajo o hacia algún pasatiempo, actividad o incluso, a no hacer nada...cuanto mayor es el hábito, apego o deseo, ambición, ilusión... mayor es la fustración y desilusión que podemos experimentar cuando sufrimos privación de eso que deseamos o necesitamos o creemos necesitar y por tanto, mayor será el grado de complejos y mayores serán las emociones aflictivas de los celos, envidia, aversión, ira, tristeza, rabia, odio, ansiedad, obsesión, etc., mayor será, por tanto, según la intensidad de estas emociones, el grado de sufrimiento que vamos a experimentar en la depresión y posiblemente, el grado de sufrimiento que provocaremos en los demás a causa de esas mismas emociones de tipo negativo, pues nos sentimos fustrados.
Para liberanos de la depresión tenemos que fundamentar nuestra vida en otro móvil u objetivo, así como curarnos de las emociones negativas que hemos experimentado a causa de la fustración y la desilusión, así como de los complejos, los traumas y la timidez que esas mismas fustraciones han originado en nosotros.Tenemos que transformar los hábitos, las tendencias y las emociones negativas.
El camino más rápido es transformar el móvil material de la vida, por un móvil espiritual que nos ayude a encontrar un verdadero sentido a la existencia, de paso que nos ayuda a transformar nuestras emociones negativas en emociones sanas de amor, optimismo, fé, esperanza, altruismo...estas emociones elevadas, son las más efectivas para transformar sus correspondientes antítesis, el odio, el miedo, la ira, los celos, los complejos... y también, para superar el egoísmo y el egocentrismo.
Difícilmente cambiaremos nuestra actual existencia o manera de vivir si no encontramos un móvil diferente al móvil materialista que hasta ahora hemos conocido.
El móvil espiritual comienza con la comprensión de que necesitamos nosotros mismos ayuda y de que necesitamos ser diferentes y de que es necesario también, comprender y respetar a los demás en su necesidad de sentirse bien y estar bien, en la necesidad de no fustrar a los demás, de no forzar a los demás,de no juzgar ni censurar ni criticar a los demás, de no imponer nada a los demás de manera violenta, sino a través de la comprensión y el estímulo de la experiencia personal de cada uno y de la necesidad de comprender que los demás también necesitan de esa experiencia para poder aceptar y cambiar su manera de ver las cosas, de vivir las cosas y la vida misma.
Es evidente que necesitamos un estímulo para cambiar, un estímulo diferente del que hasta ahora hemos tenido y que nos ha llevado a vivir nuestra vida sin un objetivo muy claro y también, a desperdiciar nuestro tiempo y nuestro potencial en cosas mas bien inútiles, cuando no perjudiciales.
Es muy importante salir de la depresión, pero no sin antes saber qué cosas nos han llevado a ese estado, no sin antes comprender la necesidad de que hay algo que debemos cambiar, de lo contrario, volveríamos imediatamente al mismo modo de vida, sin haber cambiado absolutamente nada, ni fuera ni adentro, hemos escapado del sufrimiento, pero no hemos adquirido ninguna sabiduría sobre la experiencia del dolor, ni de las causas que nos han llevado a esa experiencia, por tanto, sería solo cuestión de tiempo para que volvamos a sufrir de nuevo, alguna que otra desilusión o fustración, alguna privación para sumirnos de nuevo en ese estado enfermizo de la depresión. Es muy importante reconocer las causas del dolor y reconocer el dolor si queremos curarnos del dolor definitivamente. Aún y con esto, necesitamos además, saber como se puede curar el dolor, con qué método, de qué manera. Estas premisas fueron enseñadas hace 2500 años por Buda Sakiamuni en lo que se llamó "las cuatro nobles verdades acerca del sufrimiento".
Toda ayuda externa que nos ayude a aliviar los síntomas del dolor, es algo piadoso, noble.Pero aliviar los síntomas, ¡aunque esto aminora el sufrimiento!, no cura la enfermedad en sí misma, no cura las causas de la enfermedad de manera definitiva.
La anestesia del dolor puede ser una trampa mortal, puede permitir que la enfermedad valla a peor y no se esté curando en absoluto. Curar el dolor no es curar la enfermedad y puede llevarnos a la falsa idea de que estamos curados de algo que ni siquiera sabemos qué es, ni como se ha producido, cómo ó porqué.
Si quitamos los síntomas y el dolor que generan el sufrimiento, podemos pensar que no estamos enfermos de nada o que no hay nada que curar, corregir o sanar en nosotros.
Si no hubiese límite o fustraciones a nuestros deseos y placeres, jamás haríamos algo diferente.
Es muy importante aliviar el sufrimiento, pero no sin antes explicar y hacer entender o comprender las causas de ese sufrimiento. Es necesario que mientras estamos enfermos, que exista cierto síntoma de dolor o molestia que nos recuerde que tenemos que evitar ciertas cosas, tomar ciertas precauciones para no empeorar.
La depresión es la consecuencia de la fustración de algún deseo o deseos, es una desilusión profunda, un desencanto, un trauma emocional que no podemos digerir. Dicho trauma puede estar originado en la infancia misma, problemas afectivos, emocionales, situaciones de abandono y carestía, violencia, maltrato... que originaron complejos, profundos complejos y ansiedad dentro de nuestra mente y de nuestras emociones. Por causa de experiencias fustrantes de este tipo, muchas personas están predispuestas a experimentar depresión, unos de manera puntual y otros la desencadenan de manera crónica.
Se sabe también, que la pérdida de la vitalidad de manera frecuente propicia la aparición de la depresión, hasta que se hace crónico el estado depresivo, cuanto mayor sea la pérdida de vitalidad.
Esta es la parte kármica desconocida y no explicada de esta enfermedad.
Kármicamente, se sabe también, que las personas con problemas de depresión tienen un karma bastante grande en relación a una actitud egoísta y egocentrista que causó daño a otros, privaciones, fustraciones, desilusiones, sufrimiento de algún tipo,violencia, brutalidad, en otras vidas, a otros seres.
El que quiera salir de una depresión tiene, tarde o temprano, que colaborar en la ayuda a otros, ya sea económicamente, mental o intelectualmente, emocionalmente, verbalmente, o físicamente, en la actividad, con el esfuerzo físico, como parte del pago de su karma.
Deberá además, aumentar su vitalidad y cambiar sus hábitos hasta ese momento dañinos para sí mismo y para con otros, cultivar la humildad, la generosidad,la amabilidad y la honestidad y un estado positivo de ser, pensar y actuar.
Estamos llegando casi todos y entre todos, al límite del sufrimiento que el planeta puede soportar; más allá de ese límite tiene que comenzar una nueva etapa.
Se habla de un nuevo Jesús, de un nuevo advenimiento.De una manera o de otra esto se dará o tal vez ya se esté dando, quizás más a nivel colectivo, en crescendo, pues cada vez hay más gente luchando por los pueblos y las clases desfavorecidas, dando conocimientos, ayuda material...Es muy posible que Jesús no venga como una sola persona, sino, que realmente, esté inspirando a muchas personas a ser como él fué, en estos momentos cada vez más difíciles de la humanidad.
Allí en donde halla una persona luchando por la justicia y la verdad, por curar, dar abrigo, comida o aliviar de alguna manera a quién lo necesita... está Jesús el Cristo, o el mismo Buda.
¡Hasta los sindicatos pueden ser un ejemplo!,¡ no digamos ya las ONGS y las asociaciones de ayuda a enfermos, toxicómanos, alcohólicos...animales!.
Colaboremos con estas asociaciones,es una buena forma de pagar karma y una manera de sentirnos altruistas y encontrar una nueva motivación en nuestras vidas que puede ayudarnos a salir del infierno de la depresión.
El muy Venerable Maestro "Kalu Rimpoché", fundador del templo Budista de Dag Shang Kagyu,en Panillo, provincia de Huesca,España, hizo una exhortación en donde anima o motiva a los seguidores de Occidente a huir de la depresión y a encontrar un camino que nos ayude a ser felices y hacer felices a los demás.
Este gran maestro, sin conocer apenas Occidente, ni nuestros problemas más cotidianos, acertó, en su capacidad de visión clara y profunda a ver nuestros problemas y sentir nuestra psicología, como si nos conociera de siempre y acertó, al detectar, que la mayoría de las personas están afectadas de depresión y desencanto, desesperación, ansiedad y estrés.
Pueda su espíritu guiarnos a todos a encontrar la paz que tanto necesitamos.
Bien, ahora quisiera hablar de otro tema en que, en otro capítulo, me referí con que era necesario "cerrar las puertas del infierno". ¿Qué cosa es esta de cerrar las puertas del infierno?
Se trata de evitar, mediante el autocontrol y ciertos ejercicios, la perdida voluntaria o involuntaria de la energía de nuestra libido sexual,mediante el fortalecimiento de los esfínteres,los canales y los órganos vinculados con la generación y acumulación de la energía seminal, con el objeto de no perder nuestra vitalidad a través de esta vía, pues la pérdida de la vitalidad, en cualquiera de sus maneras, pero especialmente la pérdida del semen, es una de las causas fundamentales por la cuál una persona contrae, o se predispone, gradualmente y sin saberlo, a la enfermedad de la depresión.
Hay muchas cosas que pueden desvitalizarnos, las fundamentales o principales son una mala alimentación, no dormir bien o poco,el sobreesfuerzo físico o intelectual, la pérdida del semen, los disgustos y las fustraciones, el acoso y las contrariedades, los problemas de tipo sentimental, la soledad, las limitaciones de las cosas necesarias y fundamentales para vivir sanos y con cierto confort, la toma de drogas, alcohol o alimentos intoxicantes,el aire sucio, el ruido, la influencia de algún virus o bacteria o una radiación que altera nuestras defensas, el estrés,la influencia de elementos como el frío, el exceso de humedad, el exceso de calor,la pérdida del calor interno del cuerpo,la pérdida de sangre, los malos olores, la suciedad, el desorden,los colores apagados, la falta de luz, ser forzados u obligados a hacer algo que no nos gusta, algo que aborrecemos o rechazamos o tememos o que no comprendemos, la humillación, la violencia, la brutalidad, los gritos, las amenazas, la fustración que genera la timidez o la inhibición de algún tipo y que impide relacionarnos y desenvolvernos, la rutina,la monotonía, el tedio...estas son las mas comunes, pero las más determinantes son la alimentación, no descansar o no dormir lo necesario,la pérdida del calor interno, la perdida de sangre, respirar aire contaminado y la pérdida frecuente de la energía sexual, pues estas afectan directamente al cuerpo físico. Si la energía vital del cuerpo físico se debilita, seremos más sensibles y delicados, más frágiles ante cualquier otro agente agresivo, ya sea mental o emocional y más propensos a sentir miedo y emocines negativas como la ira,la aversión, fobias...
En el capítulo anterior,(sin concluir, todavía en preparación), hemos dado unos ejercicios específicos para elevar la vitalidad y el tono vital del cuerpo. Espero en breve concluir este capítulo, que sin duda,será de una gran ayuda para todos vosotros, pues han sido puestos en práctica por unas cuántas personas afectadas de terribles depresiones y problemas de tipo psicológicos y emocionales, habiendo sentido una mejoría sorprendente, en muy poco tiempo y por tanto, pueden ser de vuestra ayuda, si los ponéis en práctica y si creéis en ellos.
La única desventaja que tendréis vosotros es que no tendréis la asistencia y la instrucción directa que ellos han tenido, pero aún así, con voluntad y siguiendo las intruciones que se os dan podréis lograr los mismos resultados.
La depresión es un estado difícil de superar sin ayuda de alguien, pues lo normal es que no tengamos fuerza, ni fé, ni esperanza, ni nada, y en estas condiciones es muy difícil empezar algo y tener continuidad por sí solos hasta lograr experimentar resultados positivos que nos permitan continuar solos, sin ayuda de nadie.
Por eso es útil buscar ayuda, buscar a personas que hallan sufrido ese problema y que nos alienten, al menos al principio, necesitamos al maestro. Posiblemente no encontraréis a alguien que tenga respuestas para todo, como mucho podrá aportar un granito de arena, producto de su experiencia personal, que tal vez pueda sernos útil, o tal vez no, pues no todas las depresiones son iguales, cada persona la vive de forma diferente y sus causas, probablemnte no han sido las mismas. Por ese motivo, siempre estamos algo limitados a la hora de comprender a los demás para poder ayudarles o aconsejarles lo más apropiado. La experiencia indica que, ante una persona muy deprimida, si no tenemos la experiencia y la sabiduría y la fuerza necesarios, lo más probable es que terminemos también deprimidos. La buena voluntad y la pena no son suficientes para ayudar a alguien.
Se necesita la experiencia, la sabiduría y también, se precisa de visión para poder intuir el estado emocional y mental de la persona a quién queremos ayudar, para conocer su psicología, sus altibajos, sus limitaciones y también, el origen en esta y en otras vidas, de su actual estado, necesitamos conocer su karma, para instruirle y enseñarle o aconsejarle sobre qué debe evitar y qué debe hacer para cambiar su karma personal.
Este es el principal problema, muy a menudo no hacemos caso de lo que el maestro nos dice, no creemos realmente en él; la causa de esta actitud negligente o terca, son la avidez de los hábitos que hemos generado y que a veces no son fáciles de superar, a no ser que nos sometamos a una disciplina y tomemos votos y otra, suele ser nuestro exceso de orgullo, arrogancia, vanidad e ignorancia y también la pereza.
Por eso es importante la disciplina, el compromiso con el maestro y con nosotros mismos, hasta que seamos capaces de hacer sin esfuerzo, lo que al principio supone sacrificio.
La falta de vitalidad origina cansancio, falta de ganas de emprender algo que suponga esfuerzo, pereza, negligencia, abandono, desorden, falta de continuidad...
La pereza, el orgullo y la falta de voluntad ante los hábitos y dependencias que hemos creado, son los principales obstáculos para poder cambiar o iniciar un cambio, que implica, necesariamente, esfuerzo por nuestra parte,humildad y sacrificios.
De momento, es todo.
Podéis levantaros, ¡dice el maestro!
"Reflexión acerca de un nuevo día".
Cada vez que empieza un nuevo dia, aparece ante mi el dilema de qué voy a hacer en ese día para que mi vida tenga realmente sentido.
No sé por donde empezar, no sé que debo de hacer.
La rutina me genera aversión, no sé que hacer para que mi vida sea diferente cada día, aunque finalmente, acabo haciendo siempre lo mismo, desayunar bien, hacer unos ejercicios para fortalecer mi cerebro y desbloquear mis tensiones mentales, emocionales y físicas y luego, hacer una pequeña meditación y unas pocas postraciones.
Sin esto, el resto del dia se hace cuesta arriba. Con esto, engraso todos los ejes y engranajes de mi cuerpo, de mi palabra y de mi mente y las cosas fluyen mejor durante el día y termino entonces, con la sensación de haber vivido satisfecho, pues he dado lo mejor y he eliminado los obstáculos iniciales para poder hacerlo. El comienzo del día es determinante, así como también es determinante la manera en que lo terminamos, para poder tener buenos sueños y un buen descanso, que nos ayudará a emperzar un nuevo día con más vitalidad y mejor humor.
Por eso, debemos de terminar el día de la misma manera en que lo comenzamos, un buen alimento y una meditación o una relajación antes de acostarnos.
Sin esfuerzo, sin lucha, sin disciplina, ¡monjes!, no hay triunfo.
Aunque leámos miles de libros, aunque escuchéis todos los días el mismo sermón, eso no hará que nos levantmos del polvo y de la herrumbre que ata a nuestro espíritu, cada día y cada noche, cada vida y cada muerte.
Acostarse con un buen estado emocional y un buen estado mental y con el cuerpo relajado, manteniendo un buen deseo y un buen pensamiento antes de quedar dormidos es muy importante, porque eso determinará la manera en que os levantáis, los propósitos y deseos y pensamientos de un nuevo día, de la misma manera que todos los actos, pensamientos y deseos de esta vida determinarán la siguiente.
Cada vida está encadenada y es continuación de la anterior, lo mismo que cada nuevo día es continuación de la noche y cada noche, lo es de cada día. ¡No penseis, monjes, que sois diferentes a lo que habésis sido el dia anterior, o vuestra vida anterior, porque en realidad todo es una continuación, todo es cíclico y lo que no logréis hoy o ahora, en el presente, no lo lograréis, si no ha habido una continuidad o un precedente!
Lo que no hagáis hoy y continueis mañana, pasado y dia tras día, y vida tras vida, no permanece, no se intaurará como un hábito o disciplina saludable y alegre para vuestro espíritu y para vuestro cuerpo.
Es importante, pues, establecer buenos hábitos, así como es importante eliminar poco a poco aquellos que no aportan nada positivo, nada nuevo,nada productivo, nada relevante en nuestras vidas.
Debemos de terminar el día con la sensación de haber aprendido algo nuevo y de haber hecho algo diferente; así también debe ocurrir al final de los días de esta existencia pasajera, transitoria, que estamos ahora viviendo y disfrutando; es importante, si deseamos morir tranquilos, en paz, satisfechos, de lo contrario, renaceremos con ansia e insatisfacción en nuestra próxima existencia, experimentaremos fustración, complejos y traumas arrastrados de nuestras vidas anteriores y estaremos predispuestos a vivir deprimidos o a experimentar depresión, vacío, desgana para vivir una nueva existencia.
Es importante morir con la sensación de estar plenos, llenos de juventud y energía en nuestro corazón y en nuestra mente, aunque el cuerpo se despida de nosotros por un breve espacio de tiempo en el bardo de la muerte. Ese espacio de tiempo dura tan solo 49 días, antes de volver a renacer con un nuevo cuerpo. Es un breve descanso, ¡un ligero sueño es la muerte!, para dar paso a un nuevo día, a un nuevo cuerpo. La vida,¡monjes!, en realidad, no cesa y la muerte, es solo una ilusión.
En ese espacio breve en el bardo de la muerte, la mente no tiene tiempo de olvidar el pasado. Éste quedará almacenado en el subconsciente, pero no queda borrado. Por eso hay continuidad de nuestras emociones, nuestros pensamientos y de nuestros actos, de nuestros hábitos y por eso tenemos una tendencia recurrente y repetitiva, vida tras vida. Si no modificamos nuestras emociones y pensamientos y si no cambiamos nuestros hábitos y tendencias en esta vida, no lo haremos en la siguiente y el karma, entonces, será algo aparentemente inmodificable, algo mecánico.
Hoy, hablamos de esto y tal vez penséis que por conocer esto, tal vez sea suficiente, pero nada será distinto si no os sometéis a una disciplina real para cambiar vuestros hábitos, vuestros deseos y vuestra menera de pensar, que vienen de innumerables existencias anteriores.
Lo que hacemos en esta vida, llevamos haciéndolo hace miles de años y si no es porque la naturaleza nos hace renacer en reinos diferentes cada cierto tiempo, y por la experiencia repetitiva y amarga del dolor, la humanidad y los seres jamás cambiarían su destino.
Bien, con estas reflexiones, podemos entonces meditar sobre aquello que nos produce fustración ,desilusión y depresión. ¿No habrá algo que debamos cambiar, algo nuevo que debamos de hacer o aprender?
Meditemos sobre esto antes de irnos a dormir y al comienzo de un nuevo dia, cada día y cada noche.
¿No estaremos afanados en repetir incesantemente algo que llevamos haciendo miles de vidas y que ya no nos aporta algo nuevo?¿No será necesario desprenderse de lo viejo o caduco y adquirir algo nuevo?
¿No estaremos excesivamente apegados o aferrados, física, emocional o psicológicamente a algo o a al alguien, a algún placer, a algún deseo que nos origina obsesión?
¿No estaremos experimentando algún complejo, o alguna envidia?.
Si no existiese eso que llamamos muerte, estaríamos eternamente haciendo lo mismo, hasta que el dolor nos hiciese reflexionar sobre la necesidad de cambiar nuestros hábitos, nuestra conducta, nuestro comportamiento.
A veces es necesario las fustraciones, el desengaño, las desilusiones...aunque ello nos lleve a la depresión y a la experiencia del dolor, pues a veces es la única manera en que decidimos cambiar nuestra rutina y esto puede ayudarnos para poder cambiar y evolucionar.
Bien, ahora os enseñaré algo interesante, un hábito que debéis adquirir antes de acostaros, hacer afirmaciones positivas para influir en nuestro subconciente y modificar el karma mecánico de nuestra manera rancia de pensar, sentir, actuar y ser.
En una de sus conferencias, el maestro Gyeltru Yitme Rimpoché nos enseñó que hiciésemos esta sencilla afirmación antes de acostarnos: "Que esta noche pueda dormir bien, que tenga buenos sueños y pueda despertarme alegre y dispuesto"
Al despertar, nada más despertar, nuestro primer pensamiento y deseo en ese nuevo día debe ser este: "Que hoy pueda dirigir mi vida de manera consciente, en beneficio de todo lo que me rodea y comprendiendo en todo momento a mí mismo y a todos los seres con los que hoy compartiré mi vida, que en este nuevo día todo sea auspicioso y favorable para mí y para todos y termine el día alegre y satisfecho"
¡Es bonito!,¿Verdad?. Bien, ahora, hay que ponerlo en práctica.
Existe un proverbio Zen, un poco bestia, que dice: "Si encuentras a Buda en tu camino, ¡Mátale!" Esto significa que no debemos creer en que alguien va a salvarnos sin mover nosotros ni un solo dedo, que no podemos liberarnos aunque aparezca el mismísimo Buda delante de nosotros o creamos haber encontrado a alguien que se parezca a él o hallamos encontrado a alguien que nos hable de una liberación fácil y gratuita, o alguien que nos diga que solo hay que creer y nada más.
Muchas personas han convertido el sufrimiento humano en un negocio muy lucrativo, de esto no hay duda.
De momento dejémoslo ahí, creo es suficiente.¡Hasta el próximo capítulo!
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