La vitalidad de una persona, depende, esencialmente, de 9 cuestiones, unas fundamentales o primarias y otras, secundarias:
- La energía vital que extrae del aire, el Prana
- La energía vital que extrae de los alimentos.
- La energía vital del elemento agua.
- La energía vital que recibe de la tierra, el cosmos y los seres vivos que le rodean.
- La energía de reposición o reparación del descanso y el sueño.
- La acidez de la sangre, relacionada ésta, con la clase de alimentos que ingerimos.
- La circulación de la sangre, relacionada ésta con la actividad física y los latidos del corazón, fundamentalmente.
- El calor corporal, que depende del calor exterior y del calor interno que genera el cuerpo.
- Y por último, la energía vital que procede y que le proveen sus glándulas sexuales y la energía de su Kundalini, que afecta a la producción de testosterona y a la vitalidad y el correcto funcionamiento de sus glándulas endocrinas, especialmente de la hipófisis y la tiroides.
Todas son importantes y todas están relacionadas entre sí, pero, si tuviésemos que determinar un orden, según su efecto inmediato, a corto plazo, sobre la vida y la salud física y psicológica de una persona, el orden sería el siguiente:
- El Prana o energía vital del aire.
- El calor interno del cuerpo.
- El agua.
- El sueño
- La energía vital de los órganos sexuales.
- La calidad de la sangre
- La energía vital de los alimentos que ingerimos.
- La energía vital que obtenemos del medio que nos rodea
El aire.
Si una persona deja de respirar, muere prácticamente en menos de dos minutos. El aire el es alimento vital principal de las células del cerebro.
El calor interno.
Si una persona entra en hipotermia, muere al cabo de unas horas.
El agua.
Si una persona se deshidrata, entra en shock, pierde la consciencia y muere también al cabo de unas horas.
El sueño.
Si una persona no duerme ni descansa adecuadamente, durante más de tres días, pierde la consciencia ,no es capaz de mantenerse despierto, pierde la atención, la concentración, la memoria y su cuerpo se encuentra tan cansado y débil que apenas puede dar un paso. entra en fase de depresión y delirio, su sistema hormonal se bloquea, su mente se ofusca, no puede pensar ni razonar y acaba loco, irritable, de mal humor, agresivo y posiblemente, termina agrediéndose a sí mismo y suicidándose. El sueño es vital para la recuperación de la vitalidad de las neuronas de nuestro cerebro, lo mismo que lo es la glucosa que extraemos de los alimentos, pero, el sueño, en comparación con la glucosa, es mucho más importante para la recuperación neuronal de la vitalidad de nuestro cerebro. Podemos dejar de comer y no proporcionar glucosa a nuestro cerebro, durante semanas, pero si este recibe la energía vital del Prana, del aire, si ingerimos agua, la cuál suele tener minerales, como el potasio y el magnesio y si dormimos y descansamos bien, el desgaste neuronal es mínimo, salvo que estemos sometidos a mucho estrés y preocupaciones y esfuerzo de tipo intelectual razonativo. El estrés, las preocupaciones y el razonamiento intelectual, someten a las neuronas del cerebro a un intenso desgaste vital. (Una de las razones por las que no es bueno estudiar durante la noche, es, porque las neuronas no disponen de energía suficiente para realizar un esfuerzo intelectual y van perdiendo actividad después de la puesta de sol. La mejor hora para estudiar es a media mañana, hasta el mediodía o hasta las tres de la tarde, sino hemos comido).
Si a todo esto añadimos la toma de sustancias que elevan el cortisol y la adrenalina en la sangre, para estar despiertos, las neuronas se debilitan todavía más, porque el cortisol es una neurotoxina que, en pequeñas cantidades es estimulante neuronal, pero en grandes dosis, cosa que sucede cuando estamos con mucho estrés o tomamos excitantes como el café, se convierte en un veneno neurotóxico, que termina matando las neuronas, ya debilitadas por la falta de vitalidad causada por una mala respiración, una mala alimentación, falta de sueño, perdida de energía vital por la eyaculación....
Hay otras sustancias, que no elevan los niveles de cortisol, sino al contrario. Suelen ser sustancias sedantes o relajantes del sistema nervioso, que elevan los niveles serotonina y de dopamina, la hormona del placer asociada a las drogas, como la marihuana. La dopamina es una hormona estimulante, como puedo serlo el cortisol. No es neurotóxica, pero, combinada con la serotonina,( cosa que también se eleva con las drogas sedantes, depresoras del sistema nervioso) y con sustancias opiáceas, que son narcotizantes y alucinógenas, o con alcohol, provocan el mismo daño que un exceso de cortisol en las neuronas y las destruye.
El resultado es el mismo:
Pérdida de memoria, de inteligencia, de concentración, se bloquean el correcto funcionamiento de las glándulas endocrinas, como la tiroides, que deja de segregar tirosina( a partir de la cuál, se genera la dopamina), los testículos, que dejan de segregar testosterona, las glándulas adrenales, situadas en los riñones, que dejan de segregar noradrenalina...Total, que se eliminan las hormonas que tienen que ver con un estado y carácter activo y animado, despierto...y el individuo se vuelve muy pasivo, perezoso, olvidadizo, irresponsable, sin concentración, depresivo... Y lo que es peor, sin darse cuenta, se ha vuelto adicto a una sustancia sedante, que, cuando le falta, le hace sentir nervioso, agitado y agresivo, histérico y paranoico.
Esta es la droga asesina, igual que el café. Y, aunque una es sedante y la otra excitante, los daños a nivel neuronal que producen estas drogas, son irreparables, pero, se han convertido en la herramienta principal y casi fundamental, para paliar los efectos estresantes de nuestra forma insana de vida.
Si no fuera por el café o por la marihuana, prácticamente nadie sería capaz de soportar el ritmo trepidante y antinatural al que estamos sometidos, sin acabar dormidos a los mandos del volante de un coche o de cualquier otra máquina, ni seríamos capaces de descansar o relajarnos.
Son drogas legales y comunes, pero no por ello, dejan de ser mortales para nuestro sistema nervioso.
La energía vital del semen
Si una persona pierde grandes cantidades de esperma, su cuerpo y su mente están tan cansados y debilitados, que tampoco puede moverse, ni pensar, ni razonar. Su estado es mal humorado ,confuso e irascible y depresivo.
El semen contiene grandes cantidades de fructosa, zinc, vitamina E, lecitinas y neurotransmisores vitales y la hormona fundamental de la virilidad y la fortaleza física, que es la testosterona. La testosterona es fundamental para el correcto funcionamiento de la tiroides y de la glándula pituitaria.
Una persona que pierde con frecuencia, su semen, está perdiendo todas estas sustancias que son vitales para el sistema nervioso y su estado anímico, porque sin ellas, no se generan los niveles adecuado de tirosina- dopamina, melatonina- serotonina, se debilita la producción de noradrenalina, producida por las glándulas suprarrenales y, finalmente, en tan solo unos días de pérdida seminal, aparece un estado súbito de depresión y falta de claridad mental y falta de concentración, mal humor, se incrementan los estados pánico, paranoias, se elevan los niveles de cortisol, que termina poniendo la nota final, la estocada de muerte a las neuronas de nuestro cerebro.
El trío, formado por café, marihuana, alcohol y abuso del sexo, son los principales elementos destructivos de los que hacer uso casi toda la sociedad para poder funcionar y ganarse el pan de cada día. pero a base del suicidio colectivo, a medio y largo plazo.
El tabaco se podría incluir también, dentro de las sustancias o medios que utilizamos masivamente, para canalizar la ansiedad, pero si bien, el tabaco es letal para los pulmones y la correcta asimilación de la energía vital del aire, en comparación con el trío o cuarteto, formado por el café, marihuana, alcohol y abuso sexual, es, dijéramos, el menos dañino.
La comida.
Si una persona no come, su cuerpo se debilita y finalmente, su cerebro también se debilita, pero, sin embargo puede vivir sin ingerir alimentos, durante mucho tiempo, si ingiere agua y si respira aire puro y si descansa y duerme y si conserva la energía vital de su semen.
Cualquier alimento que ingerimos por la boca, se convierte en glucosa, grasa y proteínas, pero, por supuesto, los alimentos tienen otras sustancias importantes, como vitaminas y aminoácidos, que nuestro cuerpo no es capaz de producir y, por tanto, debe recibirlos a través de la toma de alimentos.
El primer componente que hace que decaiga la energía vital del organismo, cuando no consumimos alimentos, es la ausencia de glucosa, la cuál, es fundamental para la vitalidad del cerebro, junto con el oxígeno.
El segundo componente vital de los alimentos, es la proteína, vital para los músculos.
El tercer componente vital son los minerales y las vitaminas. Son esenciales el calcio(para el sistema óseo), el potasio y la vitamina C, que se encuentra, principalmente en verduras y frutas frescas y no cocinadas.
Hasta aquí, hemos hablado de fuentes más importantes de la vitalidad y de la vida. Más adelante, trataremos de la acidez de la sangre y de su importancia en la longevidad y salud de las células.
En resumen
En resumen, la energía vital, que compromete a corto plazo la vida del cuerpo y el funcionamiento del cerebro y la conciencia, son:
El aire, el agua, el calor interno del cuerpo, el descanso y la energía vital sexual. Estos son fundamentales.
La calidad de los alimentos y la calidad y la acidez de la sangre son también muy importantes, pero sus efectos dañinos no son tan comprometedores a corto plazo, como los son los anteriores, pero sí lo son a largo plazo y son la causa de muchos problemas de salud y achaques, que nos toca sufrir, especialmente a medida que nos acercamos a la edad adulta.
De todas las causas enumeradas, hay unas que afectan especialmente al funcionamiento de la glándula hipófisis, que es la que regula el carácter y el estado anímico y psicológico de las personas.
Son:
El aire o Prana
El sueño y el descanso
La pérdida de la energía vital de las glándulas sexuales.
La toma de intoxicantes, incluidos los alimentos.
La falta de actividad o el exceso de actividad, el estrés, las preocupaciones.
Si una persona quiere cuidar su salud mental, tiene que vigilar o tener muy en cuenta, la manera en que pierde su vitalidad por no respirar bien, por no dormir y descansar bien y por un desgaste sexual intenso, unido todo esto, a la toma de intoxicantes, mala alimentación, estrés, preocupaciones, y falta o nula actividad física.
La mejor manera de destruir o destrozar rápidamente nuestro sistema nervioso, es, no dormir ni descansar bien y suficiente, no respirar bien o respirar aire sucio ( o contaminar sus pulmones con humos y tabaco), y desgastar su energía sexual, derramando su semen con mucha frecuencia y no dar tiempo a que su vitalidad se reponga, bien sea con los alimentos, el Prana y el sueño reparador.
Por ello, si queremos recuperar nuestra salud mental, tenemos que prestar especial atención a las causas y corregirlas.
Todo aquello que daña nuestro sistema endocrino, especialmente a la glándula hipófisis, la tiroides, las glándulas suprarrenales y a los testículos, conduce al individuo a enfermedades psicológicas de mayor o menor severidad.
La glándula hipófisis es especialmente sensible a la falta de prana, a la falta de descanso o sueño y a la pérdida de la energía sexual y, por supuesto, a la toma de intoxicantes, incluido el alcohol, drogas, ciertos alimentos y también, a las emociones e impresiones eróticas intensas, que provienen de la pornografía y de ciertas prácticas sexuales violentas, que generan mucha lujuria y lascivia. Esto, genera un funcionamiento exagerado de las sexuales, que generan mucha testosterona e irritan e inflaman la glándula hipófisis.
El abuso de anabolizantes y afrodisíacos, provocan inflamación de la hipófisis, porque se genera mucha testosterona en las glándulas sexuales y suprarrenales que, además, generan cortisona, adrenalina, agravando el problema, porque neutralizan los efectos de la serotonina, hormona relacionada con el estado de ánimo y el estado de relax, que nos permite conciliar el sueño con facilidad.
Si una persona, por ejemplo, hace deporte intensivo, anaeróbico, cerca de la hora de acostarse, no podrá conciliar el sueño, porque habrá generado mucha testosterona y cortisol y adrenalina, especialmente si corre o hace esfuerzos que elevan drásticamente las pulsaciones del corazón, o si hace esfuerzos musculares de intensidad, con bajos niveles de oxígeno, como ocurre con el ejercicio de las pesas.
Son ejercicios muy intensos en donde no se ingiere suficiente aire y en donde se elevan los niveles de testosterona y adrenalina de manera brusca y en mucha cantidad.
El aire, la respiración, el oxígeno es lo que permite que la testosterona se transforme en serotonina-melatonina.
Si no hay suficiente oxígeno y el corazón late muy deprisa, la testosterona no se transforma en testosterona buena, en serotonina. Esta testosterona sin oxigenar, unida al cortisol y la adrenalina, genera mucha agresividad y mucho ímpetu e impide que los niveles de dopamina disminuyan durante la noche. El resultado es la hiperactividad, el insomnio, la agresividad y el incremento del deseo sexual descontrolado, que finalmente, hará que el individuo termine gastando o malgastando su energía vital a través de la pérdida seminal, par poder deshacerse de los altos niveles de testosterona, pues, de lo contrario, no podrá dormir.
Con esto, más el no dormir ni relajarse adecuadamente, más la toma de excitantes como el café y las bebidas energéticas a las que se recurre para combatir el cansancio, la depresión y, la falta de vitalidad y energía, que se necesitan durante el día, las cuáles generan más adrenalina y cortisol, hacen que, el individuo dañe su sistema nervioso, dañe su glándulas endocrinas y termine en una situación de estrés y depresión en un corto período de tiempo.
El estrés, la falta de descanso reparador, más la pérdida de la vitalidad sexual y la falta de actividad física, como caminar , que promueve una respiración regular y oxigena nuestra sangre y revitaliza el cerebro, hacen que la mayoría de las personas recurran al café y a los excitantes y al azúcar, para mantenerse en pie, durante el día y poder trabajar y aguantar el ritmo frenético en el que vivimos, pero, el café y los excitantes y los azúcares, elevan los niveles de cortisol y adrenalina, que permanecen muy altos en la sangre hasta varias horas, después de haber sido ingeridas estas bebidas, de tal manera, que, después de ponerse el sol, la glándula tiroides sigue generando mucha tirosina- dopamina.
El cortisol y la adrenalina, bloquean, además, la producción de serotonina- melatonina, que son las hormonas que, gradualmente, van aumentando después de la puesta de sol, para que el individuo pueda irse relajando, gradualmente y, finalmente, acostarse y quedarse dormido con facilidad.
No se deben ingerir cafés y bebidas estimulantes, ni hacer ejercicio anaérobico intenso, como correr, pesas, futbol, bicicleta, baloncesto...después de las 5 de la tarde, en el invierno, hora en que ya se ha puesto el sol ( En el verano, se puede hacer ejercicio hasta las 7 ó 7:30 de la tarde, no más). El café, lo mismo que el deporte intenso, mantienen elevados los niveles de cortisol y adrenalina durante horas, hasta 5 horas o más. Además, el deporte intenso anaeróbico, además de elevar los niveles de cortisol y adrenalina, eleva también los niveles de testosterona, con lo que relajarse será mucho más complicado todavía, habrá agresividad, hiper actividad hormonal y cerebral y sexual y todo esto le impedirá relajarse y conciliar el sueño. Las personas con problemas de índole neurológico y hormonal, deben de evitar la droga maldita del café, las bebidas energéticas, la marihuana, el alcohol, los azúcares y el ejercicio excitante de tipo anaeróbico.
Pero, para empeorar las cosas, debido a las luz artificial, especialmente la luz intensa y brillante de los fluorescentes y luces led, los destellos de la televisión, la luz de las pantallas del ordenador y de los teléfonos móviles, la luz del alumbrado de los escaparates...rompen el ciclo circadiano hormonal de la serotonina y la melatonina que se produce después de la puesta de sol. Y, si además, añadimos una cena copiosa con gran cantidad de carbohidratos o azúcares pues el problema aún se agrava más todavía...
En definitiva, el ser humano es, literalmente, un muerto viviente, convertido en un robot para trabajar y para vivir destrozándose así mismo y destruyendo la naturaleza y el medio que le rodea.
Esto es lo que es ,a día de hoy, un ser humano, un ser sin ninguna función útil, ni en la naturaleza, ni en el cosmos. Una especie destructiva, que lo destruye todo y se destruye así mismo y que tiene sus días contados, como especie.
Lo bueno de todo esto, a pesar de todo esto, nos consideramos la especie más evolucionada y la más importante, la única que merece ser considerada digna de ser salvada de su propio holocausto, sin darse cuenta, de que lo que hay que salvar, es al planeta y a todas las formas de vida que él destruye.
¡ Es increíble, cómo la especie que se considera así misma, la más inteligente, sea tan ignorante y tan destructiva!
Somos una especie que no está sujeta a ninguna ley natural, ni de la tierra ni del cosmos, no actúa en armonía con nada ni con nadie, ni tiene ninguna utilidad ni ningún fin.
Nuestros días, como especie, sin ningún tipo de función planetaria ni cósmica, tiene sus días contados.
Los animales, las plantas, los insectos, tienen una función definida. Nosotros no.
En Panillo, a 20 de junio de 2021.
Seoan judith nath.
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