Cuando se disipan las nubes, lo único que puede esperarse es "LUZ"
Lo mismo sucede con la mente, porque la naturaleza de la mente,es la luz, su fuente es la luz y no hay nada que, aún y siendo ocultada o velada tras las nubes de la oscuridad y la ignorancia,no desee regresar a su fuente.
La mente original del ser humano, antes de ser ofuscada por la mente intelectiva y razonativa del cerebro,se encontraba en el corazón,no en el cerebro.
Ahí,la mente está libre de velos y oscuridad, ahí,la mente no piensa,solo siente,ve y sabe; no necesita pensar, analizar y razonar para llegar a una conclusión acerca de lo que ve.
En ausencia de todo velo, de todo análisis razonativo,la única visión de la mente,es la verdadera naturaleza de todas las cosas,la única conclusión es la verdad.
La mente razonativa e intelectual es como un laberinto.
Cada razonamiento,cada análisis,cada pensamiento...es un pasillo del laberinto: Ninguno lleva a ninguna salida,sino a otro pasillo del laberinto.
Podemos escoger un pasillo y decir que esa es la verdad, pero la verdad se encuentra fuera del laberinto y fuera de todo pasillo.
Para salir del laberinto,el pensamiento no sirve, porque cada pensamiento es un pasillo del mismo. NINGUNO CONDUCE A LA SALIDA,SINO ES A TRAVÉS DE UN TORTUOSO CAMINO, QUE A LO ÚNICO QUE CONDUCE,ES, A LA DESESPERACIÓN O A LA FRUSTRACIÓN Y AL CANSANCIO Y LA FATIGA, pero jamás a la tranquilidad o a la certeza.
El pensamiento y el razonamiento jamás conducen a la paz y al sosiego, a la luz, a la certeza,a la claridad.
Éstos se encuentran fuera del laberinto, en ausencia de todo pensamiento y razonamiento intelectual.
Si queremos ver y sentir y experimentar la verdad de todo lo que vemos y de lo que realmente somos, debemos elevarnos por encima del laberinto, trascendiendo los pasillos tortuosos del pensamiento.
Esto se consigue con la meditación.
La meditación nos permite trascender el pensamiento y sentir y experimentar la verdad, dentro y fuera de nosotros.
Así,podemos experimentar que todo está hecho de lo mismo y tiene un mismo origen,al margen de las formas, sonidos y apariencias que percibimos a través de los filtros mentales del análisis y la razón.
La naturaleza de la mente, aún sepultada por la oscuridad, es la luz.
La mente, es como una bombilla, a la cuál hemos tintado, capa tras capa, con hollín, alejando o desconectando, nuestra parte consciente, de la luz.
Hemos interpuesto una capa de oscuridad, entre la luz y la Fuente y no podemos ver o percibir lo externo, sino es a través del filtro más o menos oscuro de esa capa de hollín.
La meditación nos permite, aunque sea puntualmente, eliminar partes de esa capa gruesa de oscuridad y ver y percibir con más claridad dentro y fuera de nosotros.
Cuando la práctica meditativa se convierte en un hábito diario de nuestra vida y, en función de la intensidad y la dedicación, podemos, cada vez más, estar en el otro lado de la capa oscura, hasta, que con el tiempo, logramos disolver totalmente esa capa y permanecer en un estado permanente o casi permanente de visión y percepción de la naturaleza de las cosas, de la verdad, de la luz.
Es lo que se llama iluminación, liberación.
Mientras no llega ese estado,se experimenta periodos cortos, más o menos frecuentes de iluminación, acceso temporal al otro lado y se obtiene información, claridad, certidumbre, sabiduría.
La luz llega poco a poco, de igual manera, que la oscuridad llega poco a poco.
Sea como sea, la mente que busca la luz, no puede sino encontrarse con ella, porque su naturaleza, su fuente, aquello que la originó, aquello de lo que se desprendió, es la Luz.
Pero para encontrarla, hay que ir hacia ella y para hacerlo, debemos sentir la necesidad de hacerlo, de liberarse, lo mismo que una persona, perdida en un laberinto, desea salir de él.
Sino sentimos la necesidad de salir y, por el contrario, deseamos permanecer en los pasillos, porque nos gusta, porque todavía no nos sentimos perdidos, insatisfechos con la vida que nos ofrece la existencia, entonces, no desearemos, sencillamente, salir ni buscar la salida, ni utilizar ninguna herramienta que nos permita salir, elevarnos.
Pero ,si no lo hacemos, ¿ Cómo podremos salir?
Es una cuestión meramente personal e íntima e intransferible, el que una persona sienta esa necesidad y es una cuestión, meramente personal, el que se dedique a esa búsqueda, aún y en contra de la comprensión y aceptación de otras personas, especialmente,de aquellos que forman parte de nuestro entorno próximo, familiares, compañeros y amigos.
Es un camino, generalmente incomprendido y no aceptado, que lleva, al que inicia la búsqueda, a un camino en solitario, lleno de incomprensión, crítica y obstáculos.
Ante esto, la mayoría de las veces, la salida es partir, contra viento y marea, en contra de todas las opiniones, por el camino que nuestro sentir interior, nos llama a recorrer.
Dijo Jesús:
" De mil que me escuchan,uno me sigue"
" De mil que me siguen uno me encuentra"
" De mil que me encuentran, uno es mío"
La búsqueda de la luz,en este mundo, tiene un precio generalmente, muy alto.
Pero, ¿ Existe algo más valioso que nuestra verdadera razón de ser?
" Déjalo todo y lo ganarás todo"
Pero, fácil es decirlo. Otra cosa es hacerlo y otra, conseguirlo
¡A todos los buscadores de sí mismos!
Manuel Vázquez
En Panillo, sábado día 11 de Junio de 2022.
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